Por ti. Por mí. Por lo que podemos llegar a ser o por el tiempo que nos queda. Por lo síes y lo noes. Los enfados y las reconciliaciones. Las risas, los besos, los abrazos y las caricias. Las malas caras, los días sin hablarnos, la postura de indiferencia. Los paseos y las conversaciones eternas. Por cuando me des las buenas noches y los buenos días. Las despedidas y los reencuentros. Porque no me entiendas y pienses que estoy loca, que lo estoy. Porque me vaya enfadada pero tenga que volver porque no aguanto esa situación.
Porque el día que llegue esto, no sé donde estaré yo, ni dónde estarás tú. Puede que sea hoy, mañana o que no llegue, quién sabe.

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